Mediante debate de control político, liderado por el Concejal Celio Nieves Herrera, de la bancada del Polo Democrático Alternativo y realizado el pasado domingo 11 de abril, el cabildante demostró con cifras, que en lugar de avanzar hacia la consecución del coeficiente ideal de área verde por habitante, nos estamos alejando. Nieves Herrera denunció que zonas verdes y parques de la ciudad están desapareciendo para dar paso a grandes edificaciones comerciales que benefician el interés particular y desconocen el interés comunitario.

Lo que está sucediendo, sencillamente, es que algunas áreas que por décadas han sido áreas de esparcimiento de la comunidad, han formado parte del espacio público y han servido como elementos articuladores de la estructura ecológica de la ciudad, como parques, zonas verdes y orejas de puentes, están despareciendo, sin hacer nada para evitarlo. Hoy se construyen allí grandes edificios ante la preocupación y el desconcierto de vecinos y ciudadanía en general por la tradición que las mismas han tenido por años. Para citar algunos ejemplos: zona verde calle 53 con carrea 50 barrio Nicolás de Federmán; Parque del Batán El Recreo de los Frailes: calle 122 con carrea 52 A y carrera 50 calle 44 D, proyecto Entre Parques.

Estos “atentados urbanos” desconocen el urbanismo como función pública, contrarían principios del ordenamiento territorial que propenden por la prevalencia del interés general sobre el particular y desatienden criterios básicos de planificación urbana como la “Vocación del Suelo”.

Es delicado que no contemos con un inventario detallado de los bienes de uso público ocupados “indebidamente”, ni de zonas de cesión pendientes de entrega al distrito, razón por la cual, inescrupulosos comerciantes de finca raíz, aprovechando la confusión en la tradición de estos predios, tratan de apropiarse de los mismos para explotar económicamente su suelo, sin importar el beneficio comunitario. Falta un control urbanístico más riguroso y permanente por parte de las autoridades encargadas, especialmente las alcaldías locales, ya que a ellas es a quienes corresponde esta función.

“En las últimas décadas, ha faltado una intervención pública más eficaz sobre el suelo urbanizable. El planeamiento urbano no ha sido gestionado en muchas ocasiones conforme a la vocación del suelo sino conforme al dinamismo del mercado.”

Por lo anterior, “hacemos un llamado para que la administración distrital a través de sus entidades responsables del tema: Secretaría de Planeación y Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, se comprometa a velar por la protección del espacio público y defender el patrimonio ambiental y recreativo de los bogotanos. En tal sentido, convocamos a la comunidad para denunciar casos en que áreas públicas de este tipo estén siendo amenazadas con la ocupación de otros usos”, puntualizó Nieves Herrera.