Por su importancia y estar de acuerdo con su contenido, recomiendo la lectura del siguiente artículo del profesor Henry Sarabia Angarita

 PORQUÉ SOMOS HÉROES LOS MAESTROS

Me causó mucha curiosidad el discurso del presidente en el acto de posesión, en el cual expresó que a los miembros de la fuerza pública había que brindarles acceso de calidad a bienes y servicios y que se radicará en el Congreso la Ley del Veterano que se traducirá en mayor bienestar para nuestros héroes. Así mismo propuso darle a los soldados y policías un marco institucional y jurídico serio y riguroso para que puedan cumplir su deber constitucional… y terminó este aparte con una frase de Francisco de Paula Santander: “un país que sabe honrar a sus héroes, es un país que sabe forjar su futuro”

Si se mira la totalidad del discurso, la mayor parte está dedicada a las fuerzas militares, a lo económico, a la inseguridad, a la violencia, en fin, a muchos problemas del país que se podrían aminorar o amortiguar si se tuviera una educación de calidad.

Aunque ningún mandatario ni político de las grandes coaliciones de gobierno nos han mirado a los maestros como héroes, miremos las funciones que realizamos dentro y fuera del aula y comprobaremos que de verdad nos merecemos este calificativo.

Somos héroes porque sin ser médicos, cada día estamos pendientes de los síntomas y enfermedades con que llegan nuestros niños para remitirlos a quien corresponda. De Igual manera estamos atentos a situaciones de embarazo adolescente y a atenciones de madres gestantes y lactantes en nuestras aulas.

Somos héroes porque aunque no somos psicólogos, cada día debemos estar pendientes de los estados de ánimo de los niños, niñas y adolescentes y de los demás problemas que afectan su estado emocional.

Somos héroes, porque sin ser policías, nos corresponde alertar a los muchachos sobre los peligros de las bandas delincuenciales y de la venta y consumo de sustancias psicoactivas, así como de las proxenetas y violadores de niños que circundan la escuela.

Somos héroes porque sin ser abogados, nos corresponde explicarles a la niñez los derechos y los deberes constitucionales, defendernos de las tutelas o de las demandas que en algunas ocasiones nos ponen algunos padres o también para defendernos de las arbitrariedades de superiores o politiqueros de turno.

Somos héroes, porque sin ser enfermeros, nos corresponde curar las pequeñas heridas que les ocurren a los niños, producto de sus juegos y actos pertinentes a la labor educacional.

Somos héroes, porque sin ser nutricionistas, diariamente debemos estar atentos a los problemas que se le presentan a los niños, producto de una mala alimentación o desnutrición, para que así se pueda realizar el acto pedagógico de una mejor manera, pues para nadie es un secreto que un niño mal alimentado o desnutrido, no puede atender las clases ni aprender de manera adecuada.

Somos héroes, porque asumimos la tarea de alertar a niños y padres de familia, para que los politiqueros y sus amigos, no se roben los recursos de la salud, la educación, la alimentación y de las desenfocadas políticas que se generan en contra de ellos.

Somos héroes, porque sin ser economistas, nos vemos obligados a racionalizar los escasos recursos que se invierten en la escuela, para brindarles el acceso al conocimiento de la mejor manera.

Somos héroes, porque sin ser payasos, debemos diariamente brindarles una cara de alegría y ocultar nuestras propias tristezas, para hacerles más llevadero su proyecto de vida, el que a veces se ve truncado por las condiciones de pobreza y de violencia intrafamiliar en que se desarrolla.

Somos héroes, porque sin ser jueces, diariamente nos corresponde actuar en justicia para resolver los conflictos y problemas que se presentan entre los niños, tanto dentro como fuera del aula.

Somos héroes, porque debemos impulsar a nuestros niños y niñas, hacia la autogestión del conocimiento, el autoaprendizaje, al manejo de la información y al trabajo en equipo, así como a la reflexión, al cuestionamiento y al análisis crítico.

Por estas y muchas razones más, somos héroes, porque sobre nuestros hombros está la gran responsabilidad de brindarles a los niños, niñas y adolescentes, una buena formación, con una infraestructura inadecuada y en difíciles condiciones y y sin los recursos necesarios en este siglo XXI; es decir, somos héroes, porque debemos desarrollar nuestra labor, con recursos del Siglo XVIII, con capacitaciones del siglo XX, y con alumnos del siglo XXI.

Qué bueno que el señor presidente electo nos tratara a los maestros como héroes y hubiera manifestado en su discurso, que se iba a radicar en el Congreso proyectos de ley para unificar los dos estatutos docentes y para solucionar el déficit presupuestal a través de un nuevo Sistema General de Participaciones y otro para dotarnos de las mejores y más avanzadas herramientas pedagógicas y tecnológicas, para poder realizar nuestra labor educativa. Pero eso es solo un sueño, pues un neoliberal de esa catadura, nada bueno nos puede prometer a los héroes de la nación.

Si el presidente entendiera el papel de la educación, habría mencionado en su discurso, no la frase de Santander, sino estas dos frases de nuestro libertador: “Las naciones marchan hacia su grandeza con el mismo paso con que camina la educación” y “La educación es el fundamento verdadero de la felicidad”.

Por Henry Sarabia Angarita