Con la decisión de la Corte Constitucional ante la demanda de la ex – concejal Gilma Jiménez, de declarar inconstitucional el artículo 13 de la reforma política, con la cual los Concejales y Diputados pueden participar en las elecciones parlamentarias renunciando antes de la fecha de inscripción, se generan algunas preguntas. Aunque parece muy oportuna la sentencia, todo hace prever que los fallos de la Corte pudieran terminar siendo expedidos o emitidos según las urgencias o de acuerdo las “conveniencias” políticas del momento.

¿Dónde está quedando la independencia de ese alto Tribunal Constitucional? ¿Por qué la Corte no falló con un tiempo prudencial para permitir a los aspirantes tomar una decisión sobre su futuro político?

Queda un sabor amargo con las acciones de la Corte, que está fallando sus decisiones trascendentales a boca de jarro, generando suspicacias entre las gentes del común y contradiciendo el quehacer de este magno tribunal. En mi calidad de Concejal de la ciudad, exhorto a la Corte para que profiera sus fallos oportunamente y con la ecuanimidad, sensatez y decoro que debe caracterizar a este alto tribunal.