Los primeros anuncios del alcalde Enrique Peñalosa son poco halagüeños para Bogotá. Ha retomado la agenda neoliberal previa al gobierno de corte social liderado por la izquierda en los 12 últimos años en el Distrito Capital. Aprovecha la euforia de su triunfo y el debate nacional agitado por la sequía y la crisis económica, por la nefasta privatización de ISAGEN y los ecos del proceso de paz.