En duda la implementación de la Jornada Única en Bogotá
En el marco del debate citado por la Bancada del Polo Democrático Alternativo y liderada por el Concejal Celio Nieves Herrera han quedado más incertidumbres que certezas frente a la Implementación de la Jornada Única.
La Jornada Única como desarrollo legal, proveniente de la Ley General de Educación y como insumo necesario hacia la calidad educativa, introduce aspectos fundamentales que junto al prescolar de tres grados, a la dignificación de la profesión docente, a la mejora salarial de los docentes, al año sabático para docentes, creación de los equipos interdisciplinarios de orientación escolar, mejoramiento de la infraestructura de los centros educativos y de la dotación tecnológica y mobiliario en los colegios generan condiciones reconocidas universalmente hacia la calidad educativa.
Todo parece indicar que el discurso de la Secretaría de Educación Distrital, no se compromete de fondo a tratar el tema de la jornada única, utilizando desvíos y atajos innecesarios en lugar de enfrentar el problema de una vez por todas como lo han propuesto los concejales de las distintas bancadas que ven como se desaprovecha esta oportunidad de oro para la capital.
Cuando todos los estamentos: empresariales, políticos, gremiales, académicos y el magisterio reconocen las bondades y beneficios de la jornada única y de alguna manera se han puesto de acuerdo en que su implementación además de urgente es necesaria, no es comprensible que un discurso de campaña que prometió algo tan importante para la capital, ahora quieran maquillarlo con otras acciones que nada tienen que ver con la jornada única escolar. La apuesta por la calidad de la educación no pasa solamente por la extensión del tiempo de permanencia de los niños, niñas y jóvenes en el colegio, sino que se requiere de las grandes transformaciones pedagógicas, la reorganización y extensión del currículo.
Esto permite que los educandos aprendan más y mejor desde el aprendizaje esencial, reduciendo la brecha entre la educación pública y la privada que hoy se sugiere insalvable. Lo aprobado en el Plan de Desarrollo por decisión del Concejo de Bogotá, implementación progresiva de la jornada educativa única para la excelencia académica y la formación integral iniciando en 50 colegios públicos de la ciudad, quedará sin cumplimiento de no existir voluntad política del gobierno distrital.