Como resultado del inicio del debate del jueves 17 de Abril, en el Concejo Distrital, se presenta la realidad educativa como “Panorama desolador en los Colegios Públicos y Privados”; nada más equivocado y delicado. Se quiere seguir descalificando la realidad escolar desde una mirada de conflictos y problemas, que efectivamente existen, pero que desconoce intencionalmente lo realizado en Bogotá en los últimos años, como política educativa garante de derechos de los niños niñas y jóvenes.

Se cae en el amarillismo y se transita peligrosamente por la descalificación irresponsable de los estudiantes, los maestros, los docentes directivos, las familias, los colegios y la educación de Bogotá. Generalizar es más contraproducente para la educación y los estudiantes que la acción delincuencial de unos pocos.

Condeno los comportamientos violentos, el ultraje, la agresión y la violación de los derechos de los niños, niñas y jóvenes, venga de donde venga; pero mi compromiso con la educación, los estudiantes y los maestros, me lleva a condenar todo tipo de señalamientos que sobre ellos se ejerza.

Pregunto si la función de nosotros los concejales, además de tener una mirada atenta a los problemas, no sería mejor y más responsable conocer la realidad de los colegios, conocer los niños y la educación, valorar sus logros, sus acciones, sus esfuerzos cotidianos, para potenciarlos, estimularlos y desde luego protegerlos.

El Colegio es formador de sujetos, para el desarrollo de las potencialidades humanas en relación con el conocimiento, la ética, el arte, el trabajo, la participación, la democracia, la formación política y para el trabajo; elementos que fortalecen los comportamientos de convivencia en el contexto de los derechos: la educación es garante de todos los demás derechos.

El colegio no forma delincuentes, es la sociedad con toda su carga de violencia la que influye en los comportamientos de unos cuantos. No victimicemos uno de los activos humanos más preciados de nuestra Bogotá: La Educación.

La actual política educativa, se concreta en los niños niñas y jóvenes que por acción de la gratuidad de la educación hoy van a la escuela, desayunan, almuerzan y toman refrigerio; son los que hemos logrado incorporar en la institución educativa por efecto de los subsidios a la permanencia; o los que estudian en espacios y ambientes, porque la estructura física no amenaza con caerles encima; son los que están frente a los computadores y las aulas especializadas o los laboratorios; son los que tiene atención integral, son los que aprenden todos los días para bien de sí mismo y la sociedad bogotana, toda la política educativa señalada en este párrafo tiene como orientador al Secretario de Educación, profesor Abel Rodríguez Céspedes. De manera especial para contrarrestar la problemática que afecta la convivencia escolar y no para ocultar información, la Administración de Bogotá Secretaría de Educación desarrolla proyectos como: Inclusión social y protección de la niñez y la juventud y Derechos Humanos convivencia y participación y Salud al Colegio entre otros.

El Concejo de Bogotá está más para que sea garante del derecho a la educación y la atención integral y no para que con base en las encuesta de violencia, de una sociedad violenta, y sin que se haya escuchado a la Secretaria de Educación, a las comunidades se les condene y estigmatice con la intención de hacer cobro político a quienes se han preocupado por superar las condiciones de hambre y miseria a que estaban sometidos los estudiantes. No hay que buscar el ahogado río arriba; sería más serio y responsable preguntarse por los responsables de la violencia estructural de Colombia.

Como Concejal creo importante escuchar los pronunciamientos de las organizaciones de estudiantes, los profesores, los docentes directivos, los padres de familia, los colegios privados, sobre estos señalamientos y principalmente, conocer las resistencias a los embates de la violencia social que se ejerce contra las comunidades educativas y el esfuerzo permanente de la Secretaría de Educación y el sector educativo oficial y privado por formar a los estudiantes y jóvenes en la cotidianidad de la vida escolar; en una realidad escolar que es completamente distinta, al mensaje que lamentablemente se envía desde algunos Concejales, no es posible que se descalifique la acción de aquellos que se dice proteger. Si algo hay que hacer, es desarrollar una acción interinstitucional coherente, para proteger los colegios y las comunidades educativas de los detonadores sociales de violencia, y con ello permitirles que se dediquen a lo que les corresponde: Estudiar, enseñar, aprender.

La Concejal Gilma Jiménez expresa para seguir descalificando: Hay profesores y estudiantes que ocupan un deshonroso lugar como los mayores agresores de violencia sexual. Nada tan inoportuno e irrespetuoso, sin ello fuera así se negaría la existencia de los colegios, por excepciones no se puede generalizar.

Cuando continúe el debate, volveremos a señalar los avances en política educativa del Gobierno de la Bogotá sin indiferencia y las nuevas políticas que quedarán en el Plan de Desarrollo propuesto por el Alcalde Samuel Moreno Rojas: Bogotá Positiva para vivir mejor . El Polo Democrático Alternativo, en el marco del Plan de Desarrollo aportará propuestas que conduzcan al mejoramiento de las relaciones humanas al interior de la escuela y el colegio.