Otra vez “Doña Juana”
Debemos buscar un sistema de disposición de las basuras diferente a su enterramiento. “Doña Juana” ha demostrado a través de los años, y de las diferentes crisis que Bogotá ha sufrido por su causa, su inconveniencia.
Luego del nuevo deslizamiento de cerca de 80 mil toneladas de residuos en el “Relleno Sanitario Doña Juana”, ocurrido el pasado 28 de abril, se demuestra una vez más la obsolescencia de este sistema enfocado en el enterramiento de las basuras como mecanismo para su disposición final. Esta grave situación es solo uno de los múltiples factores que, con el paso de los años, han demostrado que esta tecnología ya está mandada a recoger y que para una gran ciudad como Bogotá se requiere de manera urgente un sistema para el manejo de sus residuos más eficiente en los aspectos sociales, económicos y ambientales.
Desde su apertura en septiembre de 1988, Doña Juana, ha generado para los habitantes localizados en su área de influencia, principalmente en las localidades de Ciudad Bolívar y Usme, múltiples molestias que se traducen en afectaciones en su calidad de vida e, indiscutiblemente, en su salud. Estos rellenos sanitarios acumulan residuos que, al descomponerse, entre otros, producen olores ofensivos originados por el metano que afectan las vías respiratorias superiores principalmente de los niños y adultos mayores, además producen lixiviados que contaminan las fuentes de agua no solo subterráneas, sino superficiales como las quebradas y el Río Tunjuelo. Y si a esto se suman los constantes incumplimientos por parte de sus operadores, Doña Juana se convierte en una amenaza por sus graves deslizamientos, como el sucedido en septiembre de 1997, de 200 millones de toneladas de basuras, el de octubre de 2015 y el ocurrido la presente semana.
Como parte del debate sobre la vida útil del relleno, efectuado el pasado lunes 27 de abril en la Comisión Primera Permanente del Plan en el Concejo de Bogotá, se puede concluir que el concesionario, Centro de Gerenciamiento de Residuos (CGR – Doña Juana), ha incumplido varias de las obligaciones establecidas en el Laudo Arbitral proferido en septiembre de 2018. Como lo expresó el Concejal Celio Nieves Herrera del partido Polo Democrático Alternativo, todavía se presentan brotes de lixiviados y falta de mantenimiento en los pondajes, que permiten la descarga de este líquido sin tratamiento al Río Tunjuelo. Además, se desconocen los resultados de los monitoreos ambientales de calidad del aire entre los años 2016 y 2019, por lo que no es posible determinar si se está cumpliendo con el Plan de Reducción del Impacto generado por olores ofensivos.
Cabe recordar que los problemas generados por Doña Juana han sido una preocupación constante del cabildante Nieves Herrera, quien, en ocasiones anteriores, ha expresado la importancia de poner fin a los rellenos sanitarios como el lugar para la disposición final de los residuos sólidos y, en el caso de Bogotá, no extender la vida útil de este relleno más allá de lo permitido por la Licencia Ambiental; es decir, hasta el primer trimestre del año 2022. La ciudad está en mora de evaluar e implementar tecnologías más amigables con el ambiente y sus ciudadanos como, por ejemplo, la termovalorización que transforma los residuos en energía y que ya ha sido implementada en varios países, incluyendo algunos en Latinoamérica.
Luego del último deslizamiento se han tomado las medidas necesarias para mitigar la proliferación de vectores como ratas, moscas y cucarachas, además de los fuertes olores. Adicionalmente, se pactó la realización de una mesa de discusión con todos los actores implicados, entre ellos, las comunidades que habitan en cercanías al relleno, la Alcaldesa Mayor Claudia López, la directora de la UAESP Luz Amanda Camacho y el concesionario CGR, con el fin de atender compromisos encaminados al control de este desagradable vecino. Recordamos que también estaremos atentos a las propuestas por parte de la administración distrital en el Plan de Desarrollo Distrital y la revisión ordinaria del Plan de Ordenamiento Territorial que permitan su cierre definitivo.