Bogotá debe crear un método de atención psicosocial para la población en confinamiento
La situación emocional de las personas en confinamiento debe ser una de las preocupaciones centrales de la Secretaría de Salud de Bogotá. Es urgente que se establezca un mecanismo de atención psicológica para la ciudadanía.
Es imperativo que la Secretaría cree un método de atención psicosocial. Las personas que residen en Bogotá se enfrentan por primera vez a una situación de confinamiento. El miedo y la incertidumbre respecto a la amenaza que significa el virus genera estados emocionales difíciles de manejar, los cuales se verán agravados a medida que las víctimas del virus aumenten, tal como se espera que ocurra.
Desde la secretaría se deben crear mecanismos para atender las necesidades psicológicas y emocionales de la población en confinamiento, entendiendo que la ciudadanía no se enfrenta solo al aislamiento social y al COVID-19, sino a una situación que se ve agravada por el estrés, la angustia y la ansiedad con respecto a las condiciones económicas, la convivencia familiar, del proyecto de vida y el futuro.
Medidas para adoptar
Bogotá tiene una ventaja para responder institucionalmente al COVID-19. En la ciudad se deben replicar las acciones tomadas en otros países y ciudades y que han demostrado su eficacia en el control de la pandemia.
La decisión más importante, para atender la coyuntura actual, es que la Secretaría de Salud asuma la autoridad general sanitaria para la ciudad, tomando bajo su liderazgo el manejo del sistema de salud tanto de entidades públicas como privadas. Con esta decisión, la política de salud, para atender la emergencia del COVID-19, se enfocará en la atención de las personas y no en la mercantilización del servicio, en la que nos ha sumado la nefasta Ley 100 de 1993.
De igual forma, la alcaldesa Claudia López se adelantó en la aplicación del aislamiento social como medida para evitar la reproducción del virus, estrategia que ha demostrado ser más contundente en el control del virus. Pero es necesario revisar otras medidas adoptadas en el mundo para enfrentar la pandemia y fortalecer el sistema de salud. En este sentido, es importante analizar qué han hecho países como Alemania o Corea del Sur.
Alemania y Corea del Sur han centrado su accionar en dos grandes acciones.
- Identificación temprana de los portadores del virus como medida para evitar la expansión del virus. Esto lo han logrado a través de la realización masiva de pruebas de identificación del Coronavirus. Corea del Sur realiza alrededor de 20 mil pruebas diariamente, mientras en Alemania esta cifra está alrededor de las 23 mil pruebas al día. (De acuerdo a las estadísticas reportadas por el Instituto Nacional de Salud en Colombia desde el inicio de la epidemia -20 días- sólo se han realizado 9300 pruebas).
- Aumento en la oferta de camas disponibles en hospitales. Los dos países han invertido recursos en aumentar la oferta de camas y los equipos para la atención. Incluso, de los países con mayor número de infectados, Corea del Sur y Alemania son los países con mayor tasa de camas disponibles por mil habitantes.
En este sentido, es de vital importancia que Bogotá aumente su capacidad diaria para realizar pruebas, y llevarlas no solo a personas que han mostrados signos de tener la enfermedad, sino a ciudadanos asintomáticos. Para esto, la academia en la ciudad es de vital importancia. A través de los laboratorios de las Universidades se pueden producir insumos para la fabricación de estas pruebas y el gobierno debe importar aquellos productos para las pruebas que no se producen en el país. De esta forma se tendrían los elementos necesarios para que los laboratorios y las universidades elaboren y procesen las pruebas y se aumente el número diario.
Así mismo, es necesario que desde este momento se aumente la oferta de camas de hospitales en la ciudad. Para esto, la Secretaría de Salud podría utilizar espacios hospitalarios que han quedado vacíos o que aún no se han inaugurado. Es imperioso que estos lugares sean adecuados y utilizados para atender a la población que pueda requerir los servicios de hospitalización como consecuencia de la pandemia.