El Rio Bogotá, y su riesgo latente de quedar sin vida
Cada 12 de mayo, como resultado del Acuerdo 667 de 2017, y de un fallo del Consejo de Estado, se celebra en la capital, el “Día de Río Bogotá”.
Esta fuente hídrica, catalogada para los capitalinos como el principal cuerpo de agua de la sabana de Bogotá, nace en el páramo de Guacheneque, municipio de Villapinzón, Cundinamarca, tiene una extensión de 380 kilómetros está dividido en tres cuencas: alta (desde Villapinzón hasta el Puente la Virgen en Cota); media (desde Cota hasta el salto de Tequendama), y baja (desde el salto de Tequendama hasta Girardot), y desemboca en el río Magdalena. Los ríos Salitre, Fucha y Tunjuelo desembocan en él, recorre 90 km de la ciudad y bordea las localidades de Suba, Engativá, Fontibón, Kennedy y Bosa.
El río además abastece 26 acueductos comunitarios, abarca el distrito capital y 46 municipios, beneficiando así a más de 12 millones de habitantes.
En términos económicos el rio Bogotá, es de enorme relevancia, influencia el 31.7% del producto interno bruto, y en el sector agropecuario representa el 26% de la producción agrícola nacional, ya que en sus cuencas alta y media se encuentran 20.000 industrias manufactureras, 194.000 hectáreas de cultivos y 198.000 de ganado, además, en el embalse del Muña se produce el 8% de la demanda nacional de energía.
Sin embargo, a pesar de generar tantos beneficios, a causa de la ausencia de políticas ciertas desde el estado, en nuestra sociedad no hemos logrado su apropiación, cuidado y responsabilidad, lo que lo expone cada vez a un mayor riesgo de morir.
Los niveles de contaminación ambiental, las basuras, la deforestación, el cambio climático, entre otros, lo tienen, en una situación crítica, además, los contaminantes producto de la minería, la agricultura, las curtiembres, metales pesados, escombros, los diferentes tipos de residuos, por el mal manejo de las basuras, las aguas residuales domesticas e industriales sin ningún tratamiento, que al ser dispuestos en el río de manera constante y en altas concentraciones lo atentan, y no permiten que se pueda auto depurar, perdiendo de esta forma el oxígeno y aumentando así el riesgo de morir.
“A lo largo de mi gestión en el cabildo, han sido prioridad los temas de impacto ambiental y debido a la gran importancia que representa este cuerpo hídrico para el territorio, es necesario generar conciencia, de su preservación, conservación, descontaminación, recuperación, adecuación hidráulica y gestión ambiental, pues el 84% de su contaminación, es actualmente responsabilidad de quienes habitamos la ciudad capital y es momento de actuar” Indicó el concejal Celio Nieves.
Preocupa mucho la situación en la que estamos, y aún más que las entidades, encargadas de hacer cumplir las obligaciones establecidas en la sentencia del río Bogotá, no estén avanzando en su cumplimiento. De acuerdo con el informe número 17 elaborado por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, la PTAR Salitre debe tratar un caudal medio de 7 metros cúbicos por segundo y para diciembre del 2022 estaba tratando solo 4 metros cúbicos. De Igual manera, no se estaba cumpliendo con lo establecido en la licencia ambiental del Programa de Saneamiento del Río Bogotá, donde se exige que la remoción de sólidos suspendidos totales debe ser mayor o igual al 60% y para el 2022 hubo una remoción promedio del 12.29 % y en cuanto a la demanda biológica de Oxígeno la remoción debía ser mayor o igual al 40 % y solo se estaba removiendo el 19.08%.
Evitemos la muerte de nuestro rio, protejámoslo, es nuestra responsabilidad salvarlo y ayudar a mitigar los daños con acciones simples y cotidianas, por ejemplo, reciclando, reutilizando, separando y disponiendo adecuadamente los residuos desde nuestros hogares, lugares de estudio y de trabajo, generamos grandes impactos en la disminución de la contaminación del río y así preservamos la biodiversidad y los ecosistemas de nuestra región, finalizó el concejal.